03 octubre 2007

Juicios

Anda la curiosidad dolida por mis juicios. Intento no juzgar a nadie pero quizá tenga razón y es inevitable hacerlo. En mi descargo diré que ni culpable ni inocente la he juzgado, en ningún caso a ese extremo he de llegar.
Mis dolores y picores son mios y de nadie más, no culpo a nadie por lo que pueda haber sentido. ¡Faltaría más!
Necesito buscar explicaciones a algunas cosas que creo haber visto, y que seguro que solo son que espejismos, pero, que le voy a hacer, para mi son reales y por reales las he de explicar.
¡Eh! pero no pretendo explicar el mundo, no quisiera llegar a ese extremo, me basta con sobrevivir en él y si acaso hacerlo un poquito mejor. Y eso sí, intentar entender algunas, solo algunas, de las cosas que pasan dentro de mí. ¡Ya sé! Esto es tan difícil como explicar el mundo, pero mi nivel de comprensión del mundo es suficiente y me satisface, en cambio, a mi no me entiendo ni a la de tres. Por eso insisto.
Volviendo, que me voy... La curiosidad no debe sentirse ofendida si he mal interpretado sus razones, igual que pienso que no fue maldad por su parte el embozo en esperanza, y puede que quizá ni supiera que iba disfrazada, aunque lo dudo, también le aseguro que no fue ningún sentimiento negativo lo que me hizo fabularla, solo la necesidad de sacar de mi un poco de emoción y escupirla sobre el papel, y de paso buscar sentido al camino y los compañeros de viaje que a veces te sorprenden con su presencias o sus ausencias.
Por supuesto que me desagrada su ausencia, en la misma medida que me deleitó su compañia, como no podía ser de otra manera, pero no quisiera que además se sintiera afrentada, nada más lejos de mi intención. Si las razones son equivocas nada me agradaría más que conocer las verdaderas. Mientras tanto estas me sirven para este rato del camino.
Hablando del camino y aunque no venga a cuento un poquito del Thoreau que ella no conocía y que quizá sea uno de mis pocos regalos:

"Fui a los bosques porque quería vivir deliberadamente
enfrentar solo los hechos de la vida
y ver si podía aprender lo que ella tenía que enseñar.

Quise vivir profundamente
y desechar todo aquello que no fuera vida...
para no darme cuenta,
en el momento de morir,
que no había vivido."

1 comentario:

Anónimo dijo...

De todo lo que has dicho…
¿Que debo creer?
¿Tus sueños, tus deseos, tus promesas disimuladas en « quizás » ?
¿Tus ausencias, tus cóleras, tus dudas, tus rechazos?

De todo lo que digo…
¿Que hacer de la esperanza, de la pena, de la alegría?
¿De mis razones tan poco razonables
Y de mis argumentos contradictorios?

De todo lo que ocurre…
¿Luchar, rendirme, usar de ardides, enfrentar?
¿Irme buscando tu mirada?
¿Quedarme dándote la espalda?

De todo lo que me creí… un solo paso cuenta, lo que aprendí.
¿Debo conformarme ahora con tu silencio, con no dejar expresarme?.
¿Si soy yo la esperanza porqué no me la diste?.
¿Si no lo soy, porqué tus palabras me confunden?.
Ayúdame a aclarar las dudas, porque una vez más ¿lo merezco?.
Tara.