12 junio 2007

Desconcierto

Creo desconcierto a mi alrededor. Tengo que aprender a ser más coherente. Confío en no haberle hecho daño a Tara, pero si no se lo he hecho, he estado a punto.
No tengo muy claro qué y como ha pasado, pero si que he jugado con fuego, lamento lo ocurrido.
Debo asumir que no se puede jugar con los sentimientos de los demás. Después de mi propio sufrimiento, ¡ojo! ocasionado por mi propia ambición, pero no cabe duda que auspiciado por la situación del Hada, no debía ni por un momento haber dado pie a lo mismo.
Espero haberlo atajado a tiempo, al menos ella dice que no buscaba nada. No sé porque, pero no la creo del todo. Todos los incidicios me dicen lo contrario y ha sido demasiado explícita.
Quizá sea el momento de tomarme unas vacaciones. Espero mucho de la semana que viene en Londres. Esta semana he crecido mucho, soy más sabio que hace un mes.
Dice Tara que al Blog le falta chispa. Tiene razón, es más soso que Zapatero y Aznar juntos. Haré un plan de renovación cuando vuelva de Inglaterra.
¡Ah! y después a Planes. ¡Que mes me espera!
Ya veo que he cambiado de tema, lo siento, pero tengo que seguir olvidando.
Gracias por todo.

10 junio 2007

Viejos amigos

La semana pasada fue intensa porque transité en pocos días la senda de la amistad, no siempre tan recorrida como debería.
Casí fue casual pero en pocos días revitalicé o recuperé algunas amistades largamente olvidadas.
La primera estaba programada, la cena anual de los compañeros de la escuela de Aprendices, como cada año, y gracias a Alberto y a Lisardo, nos juntamos a recordar los viejos tiempos y reirnos con ganas, y como cada año fue fantástico, mágico. Por una noche parece que volvamos más de 20 años atras y volvamos a tener 16 años, con las mismas chiquilladas de entonces, solo que con menos pelo y más kilos. Muchos de nosotros nos conocemos desde la EGB y nos pasamos cinco años estudiando (es un decir) en la nueva escuela de Aprendices, para entonces ya Eduardo Merello.
Muchos de los cursos de aquella escuela, de cuyo espiritú asociado a los Altos Hornos del Mediterraneo fuimos una de las últimas promociones, todavía se reunen anualmente cincuenta años después, nosotros solo llevamos 22, y aún tenemos la voluntad de hacerlo, esperamos con ansias el 25 aniversario para hacer algo especial.
El segundo encuentro esta muy relacionado con este. Me tocaba llamar a Santiago Salvador para informarle de la cena. No pudo venir, pero esta vez el clasico "ya nos llamaremos" lo concretamos en una cena en su casa un par de dias depués. Además de conocer su casa, que no conocía, por que ya no vive en el Puerto y a su hija Sara, y volver a reencontrarme con su mujer Mari Carmen y su madre Tomasa disfrutamos de una noche genial, recuperando los viejos tiempos y poniendonos al día de los muchos años que hacia que no teniamos tiempo de hablar con calma. Casi no me deja volver a casa.
El tercero fue más normal, menos sorprendente, pero poco frecuente. Una llamada para dar un pésame y de ahí a un viaje a Pamplona a visitar en un fin de semana a los miles de amigos que tengo por allí. Por supuesto no me dió tiempo ni de ver a la mitad, pero solo compartir con la gente del Runa Xaque Taldea una cena en "El Jardín" aunque ya no sea lo de antes, como las de hace 15 años, con el mismo Ribeiro y el mismo pulpo, o echar una cervezas en el Garazi, aunque por el garito no pasan los años, pero los clientes siguen teniendo los mismos años, y nosotros no. Siempre que voy a Pamplona me dan ganas de quedarme a vivir allí, algún día quizá lo haga.
La última fue la mejor, hablando de Pamplona, el piso en la milagrosa fue entonces el centro de reunión de una buena colla, y compartirlo con Arantxa, Isidro y Silvia Bravetti toda una experiencia. A Silvia le perdí la pista hace 7 u 8 años, cuando volvió a Italia, y desde entonces ando buscando sus datos. Cuando el año pasado fui a Roma, pedí sus datos y la llamé, le escribí emails, pero no obtuve respuesta. Tenía como objetivo de este año volver a saber de ella, y le escribí a una dirección que tenia de sus padres en Morlupo, que sabia que no era buena, porque la calle no existía (lo sé gracias a google, por supuesto). El cartero dedujo que era para ella y se la hizo llegar a su madre, que se la envío por fax a Silvia y ¡Oh sorpresa! el otro día recibo una llamada suya y vuelvo a saber de ella después de tanto tiempo. Ahora ya no la pienso perder.
Definitivamente es importante mantener las amistades y hacer lo posible para ello. Me cuesta tiempo, pero no cabe duda que solo la satisfacción de volver a reencontrarse con ellos compensa cualquier esfuerzo.
Como decía Platón: "No dejes crecer la hierba en el camino de la amistad"