28 octubre 2007

Fantasmas

Como me joden esos fantasmas del pasado que vuelven a recordarme regularmente lo vulnerable que soy.
Que fácil es pasar del todo a la nada en un instante, solo con activar una de esas anclas emocionales que son tan difíciles de hacer desaparecer.
De repente, sin comerlo ni beberlo, y cuando todo es de color de rosas, se aparece el fantasma y ¡Uh! se te viene el mundo encima, se te cae el alma a los pies y todo ha cambiado como por arte de magia.
Menos mal que sé que los fantasmas no existen, que son cosa de mi imaginación y que hacerlos desaparecer es una cuestión de valor. ¡Venga! ¡Fuera! ¡Volver a las tinieblas de donde habéis salido y dejadme dormir en paz!
Mañana, o pasado, o al otro, ¡Ya no estarán!

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