13 junio 2009

Una de miedo

De repente la herida empieza a sangrar una vez más a borbotones. Meses, años quizá, que solo a veces sentía un picorcillo que apenas molestaba durante unos instantes. Y de nuevo, de repente, por sorpresa, en el sitio y momento más insospechado su mirada y su indiferencia fingida.
Cada minuto un suplicio, soportando su presencia inevitable aunque oculta. Cada risa una aguja en mi recuerdo. Cada momento una vuelta al pasado irrecuperable, lejano, eternamente presente, que creía tan olvidado.
El suplicio parece durar horas hasta que el espectro del pasado se aleja sin siquiera una mirada de desdén o de cariño. No, solo indiferencia.
Y luego a recuperar la calma tras la tormenta de mi corazón, que tras el vuelco le costará unos días volver a sus pulsaciones normales.
Tropezar de vez en cuando con el fantasma me recuerda que estoy vivo, pero no estamos para estos trotes, casi hubiera preferido la rutina de cada sábado que estas malditas sorpresas, nunca me gustaron las historias de miedo.

01 junio 2009

Por primera vez

Ayer por primera vez, me dolió dejar marcharte aunque lo estuviera deseando para no seguir sufriendo tu rechazo, ayer falseé mis sonrisas para esconder mi amargura por primera vez.
Ayer por primera vez te eche de menos a mi lado, por primera vez en todo este tiempo deseaba fervientemente abrazarte, quise oír a la charraora que llevas dentro, me dormí abrazado a tu ausencia y soñé contigo por primera vez.
El dolor no me lo provocaste tú, como siempre, solo yo puedo dañarme. Pero como siempre acuden a mi mis peores fantasmas a hacerme tropezar y caer cuan largo soy en el barro de mi propia miseria. Y de paso hice que te salpicará, lo último que hubiera deseado.
Y hoy por primera vez, eche de menos remolonear contigo, quizá sea solo un antojo pasajero, pero por primera vez te eché de menos.