18 noviembre 2007

La rutina

Después de semanas "espinosas" hemos vuelto a la normalidad, a la rutina. Por un lado es tranquilizador volver a los caminos trillados, a la seguridad de las conversaciones intrascendentes, donde no habrá ningún apunte fuera de lugar. Pasamos las horas juntos, solo por estar juntos, sin más.
Por otro es desalentador no haber cerrado esta etapa con las cosas claras, pero la cobardía de ambos para enfrentarnos a nosotros mismos, supongo que nos llevará a correr un tupido velo sobre las descarnadas llagas que nos hemos producido y olvidarlo, volver a lo de siempre.
Quien sabe, quizá algún día vuelva a encararme con este asunto, por que por su parte, supongo que no quiere hurgar más la herida, aunque creo que es la forma de cerrarla definitivamente algún día.
Al menos aparentemente no se ha resentido nuestra relación, aunque seguro que pagamos un precio emocional por esto. Dudo sinceramente si cerrar los ojos es la solución, pero no tengo derecho a exigirle nada, ya he sido bastante cruel cuestionando su vida, no es justo que se tenga que ver en la tesitura de mandarme a escaparrar cebollinos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hablando de conversaciones.
Estoy un poco cansada de que cada vez que nos vemos, o nos cierren los restaurantes (y ya son dos veces, parece que estemos gafados) y no podamos seguir hablando, o nos quedamos con la palabra en la boca porque algo apremia...¿no podemos buscar una alternativa?, sabes que me pierdo entre diálogos contigo y que me encanta,pero eso de quedarme a medias......uisssssssss como ha sonado esto XXDD jaaaaaaaaaaaa, pero tengo que reconocer que contigo siempre me quedo con ganas.....esto creo que ha sonado peor....tu me entiendes ¿no?, pues eso es lo que importa.
Tara.

Pako Giménez dijo...

Es lo que tienen las cosas buenas, que siempre te quedas con ganas de más. Porque si te quedarás con ganas de menos no serían tan buenas. ¿no crees?