22 diciembre 2007

Pesadillas

¿Un espejismo?. ¿Es su cara aquella entre la multitud? Si. Se aproximan a saludarla, uno tras otro. Ella sigue ajena, pero ya me ha visto. Imposible que no lo haya hecho. Estamos todos, yo también, por supuesto.
Curioso, pero ya no siento nada especial, ninguna emoción golpea mi estomago.
Respeto su intimidad con quien ha llegado hasta ella para ofrecer su sincera sonrisa, evocar el pasado y auscultar el presente.
Se cruzan nuestras miradas, es el momento que temo. Me sonríe franca y me saluda con el brazo. Me acerco. Hola, ¿estás bien?. Si. ¿De verdad estás bien?. Si, me equivoqué. No, fui yo el que se equivocó. Un inequívoco gesto de cariño y se aleja sabiendo que no puede estar ni un segundo más junto a mi.
Y ya, clavada en mi cabeza el resto de la noche, sé que me atormentará durante no sé cuanto tiempo y que tendré pesadillas que me impedirán dormir durante unos cuantos días.

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