27 septiembre 2007

El aguijón

¡Xe como me duele! Y eso que andaba prevenido, menos mal que he utilizado todos los remedios que conocia: mosquiteras, ultrasonidos, insecticidas, mangas largas, evitar las aguas estancadas y calidas y ni aún así.
Aquí estoy, todo el dia dolorido, después de haberme extraido el aguijón, todavía me duele más. ¡Uf! no hago más que rascarme, pero que estúpido soy, si lo que he de hacer es no rascarme: ya se me pasará. Si siempre pasa, solo es cuestión de dias, o semanas.
Lo peor: esta noche no pondré la mosquitera. Porque en el fondo me encanta ese zumbido sordo que en las noches de verano me distrae de dormir, y siempre pienso: "¡Bah!, No me picará!" Pero no escarmiento, si pueden te pican. Pero me parece tan cruel matarlos sin que hayan hecho nada, siempre les soy el beneficio de la duda, pero siempre, siempre, te traicionan, aún sin saberlo y te dejan el picotazo recordándote que la próxima vez no seas tan descuidado.
La próxima vez me volverán a picar. Que le voy a hacer, yo soy así.

1 comentario:

benito_reyes_vega dijo...

Sabes Pako... Me ocurre igual. Siempre me digo... déjalos, ellos también tienen derecho a la vida y... al fin y al cabo, que más da un pizco de sangre más o menos. Jajaja... ¿Pero y lo que pica cuando pican?... Esa es otra.

Un par de semana atraz me pico uno (una) en la misma cocorota. ¡No veas que chichon!