No quisiera dejar de nombrar el impresionante concierto de los Hermanos Caballer el sábado pasado en el Auditorio Joaquin Rodrigo de Sagunto. Fue un experiencia maravillosa, un lujo de sensaciones encontradas, donde el público asistente, rendido fue viendo como un grupo de músicos maravillosos y entregados a la música de su tierra eran capaces de emocionarles, sin ser famosos, ni cantar en inglés, sin ser siquiera profesionales.
Las piezas fueron asomando poco a poco, y entre fandangos, jotas, chotis y marchas moras, la tarde se hizo corta.
Las "albaes" desarmaron los corazones de los asistentes, y los de la familia Caballer al completo. Nunca olvidaré la versión de "La moixaranga" con la que nos deleitaron, un gusto para el oido y para el corazón, y no solo por su ineludible valor simbolico (controversias a parte) sino por la brillantez de los arreglos y el virtuosismo de la ejecución.
Mi amigo Eduard podrá estar orgulloso, lo pasó mal al principio con los nervios, y estoy seguro que lo ha pasado fatal estas semanas de ensayos, ajustes y esperas, pero ha valido la pena.
Paco Caballer, el mayor de los hermanos, se gustaba en el escenario conforme pasaban las piezas y en general todos los músicos presentes nos hicieron disfrutar de un concierto diferente pero que dignifica la música de Dolçaina i Tabalet, hecha por gente de aquí y que nos ayuda a no olvidarnos de quienes somos.
Gracias por todo.