La semana pasada Serrat y Sabina nos dieron un homenaje a todos sus fans. Pocas veces en la vida se pueden juntar sobre el escenario tanto talento, sensibilidad, fuerza, entusiasmo y otras mil virtudes que no sería capaz ni de nombrar.
Un sueño hecho realidad: juntar a dos de los artistas que más me han hecho disfrutar en la vida, en el mismo evento.
Cada una de las canciones de estos dos tipos son trozos de vida, pero vestidos con tanta maestria que para mi es imposible no ver obras de arte en cada una de ellas.
Luego el concierto, la compañia, el repertorio, el sonido, todo, se puede opinar. Pero el momento. El momento fue único e irrepetible.
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