No sé si es que tengo mala suerte y siempre acabo rodeado de locos estupendos capaces de liarse la manta a la cabeza y tener ese punto de locura que los hace tan especiales, o simplemente es que a mi alrededor la gente pierde la chaveta.
Esta temporada me han tocado dos experiencias bastantes sugerentes y sobre todo muy, muy divertidas. La verdad es que es un gustazo estar rodeado de personas con mucho sentido del humor y muy poco del ridículo, lo que nos hace hacer esas pequeñas cosas que te hacen sentir vivo, orgulloso y feliz. Esas cosas que recordarás toda la vida, y que cada vez que te vienen a la memoria te hacen esbozar inevitablemente una sonrisa.
Pese a la vergüenza que en un principio te hacen pasar, después se compensa con creces, con muchas creces.
La primera la comenté hace algunas fechas. Fue la elaboración del calendario solidario de la Falla Rodrigo. Aquí lo podéis ver, ejerciendo yo el rol de Fallera Major que habitualmente corresponde a mi querida Merche, está vez con el fajín rojo de presidente.
La primera la comenté hace algunas fechas. Fue la elaboración del calendario solidario de la Falla Rodrigo. Aquí lo podéis ver, ejerciendo yo el rol de Fallera Major que habitualmente corresponde a mi querida Merche, está vez con el fajín rojo de presidente.
Por supuesto, que si a alguien le interesan, están en venta... es por una buena causa, así que seguro que me disculpáis la cuña publicitaria.
La segunda actuación, porque también ha sido artística, fue con motivo de la elaboración de la felicitación de Navidad que este año vamos a enviar en la empresa que sorprendentemente dirijo. En este caso en formato vídeo. Y en este caso también hube de perder un poco de vergüenza para poder interpretar a Locomía, aquel grupo ibicenco de los años 80. En el vídeo no se llega ni a adivinar lo bien que nos lo pasamos, además con la música de Locomía sonando en el equipo de música todo el día.
Lo cuelgo para que pase a la posteridad y valoréis si efectivamente estamos como una regadera o somos simplemente gente un poquito especial.
Lo peor, o lo mejor de todo, es que en definitiva yo soy el máximo responsable de todo esto, como Presidente en el caso de la Falla Plaça Rodrigo y como Director General en el de ENCAMINA. Pero ojo, ni las ideas son mías, ni el desarrollo tampoco, sin el excelente grupo de personas que hay a mi lado en cada una de estas organizaciones, mi vida sería mucho más aburrida, así que soy un tipo tremendamente afortunado en este aspecto también.
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